NUESTRO PARQUE



El parque Rivadavia es, sin dudas, el principal lugar de encuentro para los vecinos de Caballito. Su pasado rural se adivina al mirar los azulejos de la vieja Noria. La antigua quinta de los Lezica heredó sus árboles frondosos y sus historias de misterio al hoy espacio público. Quienes caminamos el barrio hace más de cuatro décadas tenemos varios picados jugados en el lecho del laguito artificial. Y hemos intercambiado revistas “El Tony” y “D´ Artagnan” en los puestos de la Feria de Libros, y comprado marquillas de cigarrillos frente al Normal 4. También era obligada la visita al viejo ombú, alrededor del cual se juntaban los coleccionistas de estampillas, billetes y monedas antiguas.

Hoy toca acompañar a los más chicos a intercambiar figuritas los domingos por la mañana en el Anfiteatro. Y si bien ya no protagonizamos picados sin fin, sí los contemplamos, mate en mano, con unas ganas bárbaras de que nos convoquen a jugar. Porque nunca dejamos de querer jugar, y mucho menos en nuestro parque.

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