Espíritu extendido en ritual eterno.
Saltarín va de mano en mano.
El mate visita al grupo en verano.
Entibia el frío del invierno.
Es admirable su dulce amargor.
Buen amigo del corazón en soledad.
Adula los sentidos su amargo dulzor.
Matea el enamorado, ya en levedad.
En ocasiones, campea el gualicho.
Solamente eso es algo dicho.
Otrora hubo mates de plata.
Para algunos también de lata.
Yerba y azúcar, luego agua agregar.
Así es vivir… Justa dosis para bien llegar.
PLÁCIDO
“PACHI” AMATO
Texto e
ilustración.
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