“ESTA CASA SOBREVIVIÓ PORQUE ESTUVO ESCONDIDA”

Vista del sector más antiguo de la casa ubicada en Gaona 1367 (Foto: E.J.T.)


Clelia Isasmendi nos cuenta la historia de la casa más antigua del barrio, sitio que incluso congregó a quienes lucharon por el celibato optativo dentro de la Iglesia católica.

La casa ubicada en Gaona 1367, que data del año 1864, es la más antigua de Caballito. Es una sobreviviente de las denominadas “quintas del oeste”, y es obra del hijo de un viejo simpatizante del caudillo Juan Manuel de Rosas. Este sitio histórico, que no puede apreciarse desde la calle porque se encuentra en el centro de la manzana, fue además el hogar desde 1984 de Jerónimo Podestá y Clelia Luro, quienes fueron referentes mundiales de la militancia por el celibato optativo dentro de la Iglesia católica. Para saber más sobre este lugar mítico del barrio hablamos con Clelia Isasmendi, quien además conoce la lucha de su madre como pocos.   
- ¿Por qué esta casa es tan importante para Caballito?
- Porque es la más antigua que queda en pie en el barrio. El hijo del mazorquero rosista Ciriaco Cuitiño la empezó a construir en 1860, cuando esta zona era rural. Después construyeron la parte de adelante de la casa, que se terminó en 1901. Y recién en 1920 se loteó la manzana. La casa quedó “encerrada” entre edificios, porque quien compró la parcela donde está ubicada construyó los dos locales de adelante, allá por los años treinta. De hecho, creo que esta casa sobrevivió porque estuvo escondida.
- ¿En qué condiciones estaba cuando llegó tu familia?
- La casa estaba absolutamente abandonada. El patio tenía al menos un metro de basura (llenamos veintisiete contenedores con lo que sacamos), los techos ya no estaban, y las ventanas mantenían su estructura de hierro pero no los vidrios. Pensá que esta casa no tiene cemento porque está construida con ladrillos y barro… Entre muchos pudimos poner todo en condiciones. Si no fuera por eso, esta casa no existiría: la hubiesen tirado o se hubiese caído sola. 
- ¿Cuándo se instalaron en la casa?
- Mi mamá y Jerónimo ya vivían acá en 1984. Luego de volver del exilio intentaron instalarse en Chirimay al 100, pero el día de la mudanza nos llevaron a todos presos. Para después de la guerra de Malvinas su retorno ya fue definitivo.
- ¿A Clelia Luro y Jerónimo Podestá los persiguieron por pelear por el celibato optativo?
- No sólo por el tema eclesial se les complicó. Porque Jerónimo era la oveja negra de la Iglesia más que nada por la cuestión social y política. Siendo obispo de Avellaneda, y mucho después, siguió haciendo denuncias contra el hambre y en favor de los Derechos Humanos. De hecho, un llamado providencial del escritor Tomás Eloy Martínez los salvó de la Triple A. Así fue como partieron al exilio y comenzó su peregrinaje. Aparte imagínate que si la Iglesia aún hoy no acepta el celibato optativo, en esa época mucho menos… Pero como te decía, la sentencia de muerte de la Triple A tenía que ver con su militancia social y política.
- ¿Qué relación tenían con la Iglesia?
- Ellos estaban muy distanciados del accionar de la Iglesia institución. Mantuvieron una buena relación con las bases, y con algunos cristianos en serio como Enrique Angelelli, Helder Cámara, Carlos Mugica, o el Monseñor Pedro Lira de Salta. Pero Jerónimo era una mala palabra. El único cura que estuvo a su lado hasta el día de su muerte fue el padre Luís Farinello.
- ¿Cómo se conocieron Clelia y Jerónimo?
- A mediados de los años sesenta, Clelia recurrió a Jerónimo, que entonces era obispo de Avellaneda, para que ayudara a un cura de El Tabacal (Salta) que tenía un problema de adicción al alcohol. Y luego de que se viniera a Buenos Aires conmigo y mis cinco hermanas, mi mamá se convirtió en su secretaria. Poco después Jerónimo fue presionado a renunciar al obispado por mantener un vínculo amoroso con ella. Lo cual fue una excusa porque, como te decía, en realidad les molestaba su pensamiento. En 1973, el mismo día que iba a declarar a la Cámara Federal en el juicio oral a los secuestradores del empresario Oberdan Sallustro, la Iglesia lo suspendió “a divinis” para desprestigiarlo. Es decir que ya no iba a poder administrar los sacramentos en público. Una vez retirado de la Iglesia comenzó su relación con Clelia, y la militancia de ambos por el celibato optativo. Sus últimos años de vida los dedicaron a las tareas vinculadas a la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados. Aunque nunca dejaron el tema de la defensa de los Derechos Humanos. Ellos quisieron que la casa de Gaona se convirtiera en un centro interreligioso, que sirviera como un centro cultural que tenga espacio para la acción social.
- ¿Y pudieron avanzar con esa idea?
- Hicimos un proyecto en ese sentido, y armamos una Defensoría que ya está funcionando una vez por semana. Y si bien la casa está en juicio, no se puede tocar porque tiene todas las protecciones: es patrimonio histórico, cultural y estructural. En 2004 la Legislatura Porteña declaró la casa de interés cultural. Y diez años después el Senado de la Nación terminó aprobando la ley de expropiación que impidió definitivamente el desalojo y posible demolición de la vivienda. De todos modos, queda mucho por hacer para crear ese espacio de encuentro con el que soñaron Jerónimo y mi mamá.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Gracias por compartir .Muy interesante historia.
Caballito Regalado ha dicho que…
Gacias a vos por tu lectura. A medida que se pueda, iremos subiendo contenido por acá o por nuestra página en facebook.

Matilde Explorando ha dicho que…
Me encantó! Gracias...Se podía/podrá conocer?
Liliana Soto ha dicho que…
Doblemente interesante: la casita es preciosa, y la historia ed un ejemplo
Caballito Regalado ha dicho que…
Gracias por escribir Matilde y Liliana, para conocer la casa después de la Cuarentena tendrían que comunicarse con la sede de la Defensoría del Pueblo que funciona allí. Tal vez permitan visitas. Saludos.
Unknown ha dicho que…
Excelente historia..quisiera conocer la casa..tanto tiempo andando en el barrio..jugando fútbol en el club Bs As te ignorando esta interesante historia..abrazos!
Tuco Salamanca ha dicho que…
Hola, muy buena historia. El título de la nota da en la clave, sobrevivió porque quedó escondida. Es increíble el poco cuidado que hay en el barrio sobre patrimonio arquitectónico. Esa casa es un nervio de la violencia política de nuestro país, sus habitantes atravesaron un siglo desde la mazorca hasta la triple A, cuantos recuerdos guardarán esas paredes.