EL SUR DE CABALLITO*

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Hacia la zona sur, después de pasar la actual avenida Pedro Goyena (Río Cuarto hasta 1918), existían solitarios quintones, chacras y baldíos que llegaban hasta los (...) “terrenos de la pólvora”, potreros bastante quebrados que rodeaban las instalaciones del antiguo polvorín de Flores, el cual desapareció a causa de un desastroso siniestro ocurrido ya al terminar el siglo XIX. En su lugar, la Municipalidad gestionó ante el Gobierno Nacional la cesión de los terrenos para la formación de un parque, que se inauguró en el año 1904 con el nombre de Chacabuco. Vecinos al lugar estaban enormes descampados, como los potreros de García, que tomaban las tierras comprendidas entre las actuales avenidas Centenera, Emilio Mitre, Zuviría y Asamblea. Esos predios pasaron a distintos propietarios, hasta que, (...), en 1917 se levantó el barrio de casas municipales Emilio Mitre.
A lo largo de la arteria Juan B. Alberdi (antiguamente, en la zona, Provincias Unidas) y dando fondos a la calle Pedro Goyena, se encontraban varias quintas residenciales pertenecientes a las familias Montarcé, Hueyo, Ramos, Ibarra, Portela, Arana y Rolleri, las cuales recién en 1905 comenzaron a subdividirse, al tiempo que se abrieron algunas calles transversales como Malvinas, Miró, Puán, Riglos y Senillosa.
Pero la quinta más importante por esos lugares era la de la familia Letamendi, en cuyos predios se alzaba el famoso Pacará a cuya sombra el Deán Segurola aplicaba las primeras vacunas conocidas. En el año 1887 sus cercos se extendían por Av. Eva Perón (entonces camino de Campana, y después Del Trabajo), Emiio Mitre, Gregorio de Laferrere y Miró, estas dos últimas inexistentes entonces. Hacia 1895 aún se mantenía la quinta a nombre de Dña. Gregoria Letamendi de Segurola, y recién después del Centenario comenzó a fraccionarse.
Un poco más al sur comenzaban los bañados, entre cuyos juncales abundaban las aves acuáticas, por lo que se practicaba la caza y la pesca.

*Fuente: “Guía antigua del Oeste porteño” (Hugo Corradi).

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