UN REGALO INESPERADO



Foto: www.fotolog.com/bondisdebsas
El sonido de la carne y los huesos impactando. La tensión alerta, a la espera, como movida por un llamado primitivo. No sólo mía, también de los otros que esperan el colectivo. Es que ahora lo distingo cuando nadie reacciona. Una paloma golpeó rama en rama cayendo del árbol y luego repercutió un poco en medio de la avenida. Intenta levantarse, remueve las alas, desparramando algunas plumas. Sin pensar nada la agarro con unos volantes dejando su cuerpito en la vereda. Veo los autos que arrancan del semáforo. “Sino la aplastan” dicen los otros. Viajo en el 15 dudando de mi bondad. Eso no demuestra nada, concluyo.
Muchos días, semanas después, espero en la misma parada leyendo “Derrumbe” de Guebel.
Voy por el comienzo, donde el autor cita un poema de su hija: 

“Todos querían abrazar al sol.
Todos los chicos y todos los padres.
Uno solo quería abrazar a la sombra.
Cada uno quiere lo que quiere.”

Vuela el libro, el susto me hace lanzarlo por el aire. En el pelo, en las hojas y la ropa. Negro como la pez, el detrito de un pájaro me baña íntegro.

LUCIO P. FANTINI

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