EL CAMINO DE LA INTERPRETACIÓN




-¿Sería el camino del chamanismo proponer la convicción y reducir al máximo, o bien eliminar, las instancias sugestivas?
-Eliminar pero en tanto sean ruidos, ya sea emocionales o mentales. (...) Después, hay todo un aprendizaje para captar las cosas más sutiles. Frente a las expectativas de algunos que piensan que la comunicación con el mundo espiritual sucede de forma clara, fuerte y contundente. Por el contrario, se da a menudo de forma suave y sutil. Es más parecida a un susurro que a un grito.
-¿No hay peligro de caer en decodificaciones aberrantes?
-Sí, no hay forma de no estar interpretando. Por eso se debe limpiar el camino para no adherirse a formas estereotipadas de interpretación. Se debe poder flexibilizar la interpretación para ser guiado en la interpretación. Es cierto que es imposible para el ser humano manejarse en este mundo complejo sin creencias y sin ideas, de hecho resulta antieconómico no tener ideas de las cosas. El tema es aprender a hacer a un lado, o correr un poco, las ideas habituales para poder recibir así, de nuestro propio interior, de esa fuente interna y sabia, formas diferentes de ver las cosas. Porque es cierto, todo está teñido de lo que somos nosotros, esto sucede en todos los aspectos, incluyendo el emocional y mental.
-Pasa como si no pudiéramos escapar del influjo social.
-Hay métodos y técnicas. Por ejemplo, la meditación donde se entra en otra frecuencia cerebral para obtener información de otros lugares. Cuando estamos en estado de meditación, el estado en sí mismo habilita un proceso de apertura. Lo que hace esto es acallar un poco lo emocional y lo mental*.

DIEGO MARTÍN VARTABEDIAN

*Extracto de la entrevista del autor con Doña Eugenia, incluida en el libro “Conversaciones con el águila” (pag. 35).

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