“La palabra chamán procede del lenguaje de los evenkis, un pequeño grupo de cazadores y pastores renos de habla tungusa de Siberia. Definir al chamán como el hombre que sabe curar, hablar con espíritus, organizar la percepción colectiva, acompañar a los muertos, entrar en éxtasis a voluntad, es todavía presentarlo sólo por algunas de sus prácticas. A su vez, las prácticas de chamanes no fueron ni están siendo realizadas sólo en el territorio asiático, sino a lo largo de los cinco continentes y desde un tiempo indefinido. De hecho, se hicieron pruebas de carbono 14 en las cuevas de Tassili, que revelaron que sus grabados de ceremonias ligadas al uso de hongos psicoactivos tienen una antigüedad de cinco u ocho mil años”. Ahora bien, y teniendo en cuenta lo dicho anteriormente: ¿podemos hablar de “chamanismo urbano”? Y si respondemos afirmativamente, ¿qué características reúnen los sujetos que se dedican a estas prácticas milenarias?
Estas y otras tantas cuestiones aborda el libro “Conversaciones con el águila”, obra de nuestro compañero y amigo Diego Martín Vartabedian, que desanda cuatro entrevistas a chamanes pertenecientes a distintas tradiciones. Dichos diálogos nos proponen una inmersión en las diferentes realidades por las que viajan los “hombres de conocimiento”, quienes despliegan la sabiduría de los que se han entregado a prestar su atención al Espíritu y a vivir en consonancia con él.
La lectura de estas páginas repercutirá en la cabeza de los que sospechan que en la vida existen más preguntas que respuestas, y en los que viven en el mundo anteponiendo el “estar” al “ser”, parafraseando al maestro Rodolfo Kusch. Se invita, entonces, a la mesa en donde la labor del hombre y la potencia de la naturaleza coexisten.
“Conversaciones con el águila” fue editado por “Del Nuevo Extremo”, y se consigue en todas las librerías de nuestra ciudad. En sucesivas oportunidades, estaremos compartiendo algunos pasajes de este libro que recomendamos especialmente que lean.
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