UTOPIAS EN EL AIRE*


Foto: www.underama.com.ar

El fenómeno televisivo de baja potencia surgió en Argentina con el retorno democrático del ´83, en un contexto de cambio político- social que expresaba un fuerte reclamo y deseo colectivo de democratización de los medios para la comunicación y la participación social. La experiencia se expandió por todo el país y en 1992 llegaron a existir 250 canales nucleados en la Asociación Argentina de Teledifusoras Comunitarias (AATECO), que buscaba la sanción de una nueva ley de radiodifusión.
Al representar diferentes tradiciones y tendencias políticas, una parte de los proyectos terminó cooptado por el aparato político tradicional o en propuestas comerciales. Otra, en proyectos políticos autónomos donde el eje estaba puesto en el rol social y comunitario que asumía la televisión local para el barrio. Una de las experiencias más representativas de esa tendencia fue el Canal 4 Utopía de Caballito. El proyecto logró un apoyo barrial impresionante: se mantuvo al aire de 1992 a 1999, pese a los catorce allanamientos con decomiso de equipos, varias sedes de transmisión y el constante reflujo de los grupos que participaban de cada salida al aire desafiando a los entes reguladores.
El Canal 4 Utopía estaba inspirado en TV Viva de Brasil, una televisión itinerante que estimulaba a comunidades indígenas a filmar, editar y producir documentales que se proyectaban en las plazas de los pueblos. Fabián Moyano, alentado por aquella experiencia de la cual había sido partícipe, comenzó a transmitir junto a un grupo de amigos en Fuerte Apache. Y tiempo después de crear Canal 4 de Ciudadela, tras ejercitar con un canal ambulante, se asentó en nuestro barrio. Lo interesante de este canal de TV fue el tipo de organización abierta al barrio, donde la toma de decisiones, el uso de los aparatos y la programación intentaban diluir la relación históricamente asimétrica entre productor y receptor de la comunicación. Y si bien siempre hubo un grupo de gestión, las asambleas y las llamadas telefónicas sin censura (antes de que los medios masivos se apropiaran y deformaran este modo de expresión) constituían verdaderas herramientas de participación. Respecto al contenido, lo principal era el noticiero. Sin embargo, existían programas como “Línea erótica” (cine elegido por los presos de Devoto), “Kaos” (musical que invitaba bandas independientes y sometía a votación los videos), “Mameluco” (“para chicos y no para tontos”) e “Instinto Verde” (cine de terror conducido por un joven de catorce años). La emisora empezó a transmitir en vivo en 1993, con gran aceptación entre la comunidad. Pero en el interín soportaron varios allanamientos y secuestro de equipos, que siempre reponían gracias a las donaciones de los televidentes. Los vecinos traían sus videocassetteras hogareñas, televisores, micrófonos, videos y hasta dinero en efectivo con tal de que el canal siguiera funcionando. Utopía transmitió desde la sede de la Facultad de Filosofía y Letras, Cachimayo 11 21° “C”, y hasta desde un departamento del mítico “Elefante blanco” de Rivadavia y Giménez. Sin embargo, el fallecimiento de Fabián Moyano, poseedor del saber técnico, detonó el comienzo del final en 1999: el grupo no pudo sobreponerse al secuestro del último transmisor y el canal no pudo volver al aire.
Pese a su abrupto final, el Canal 4 Utopía pudo dejar la hipocresía de la televisión argentina en evidencia. También demostró que es posible hacer TV dirigida a la comunidad democráticamente.

*(Publicado originalmente en nuestras Ediciónes Nº 29 y 30, de septiembre- octubre de 2008, y de noviembre diciembre de 2008, respectivamente).

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