ES NUESTRA LA CIUDAD

El Derecho a la Ciudad implica el usufructo equitativo de los espacios urbanos dentro de los principios de justicia ambiental y social. Es un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades, en especial de los grupos vulnerables y desfavorecidos, que les confiere legitimidad de acción y de organización con el objetivo de alcanzar el pleno ejercicio del derecho a la autodeterminación y un nivel adecuado de vida.
 
El Derecho a la Ciudad amplía el tradicional enfoque centrado en la vivienda y el barrio, abarcando también la calidad de vida de las personas y de los bienes comunes de la ciudad y su entorno. Todas las personas que la habiten de forma permanente o transitoria, tienen derecho a una ciudad sin discriminaciones de ningún tipo, así como a preservar la memoria y la identidad cultural.
La ciudad de Buenos Aires ha sido saqueada y convertida en otra por el mercado inmobiliario, que la planifica y construye como mercancía para ser vendida. Los gobiernos de turno, ausentes o cómplices, dejaron de pensar a la ciudad como espacio comunitario, y hoy estamos pagando las consecuencias de este proceso con la proliferación de inmuebles ociosos y la pérdida de espacios públicos y verdes, la pérdida de la identidad barrial y del patrimonio arquitectónico, la expulsión de los inquilinos por los altos alquileres, la desinversión y el abandono de barrios que al mercado inmobiliario no le interesan, el permanente incremento de la población de villas y asentamientos, y el fomento e incremento de la utilización del automóvil, que provoca el colapso del tránsito de la ciudad en horas pico y la desinversión en materia de transporte público, sumado al exceso de contaminación y aumento de tasas de accidentes fatales.
Los intereses del capital han usurpado progresivamente la ciudad, relegando así los derechos de sus habitantes. Sin ir más lejos, la Legislatura porteña se propone sancionar por estos días una serie de leyes que incluye la entrega de tierras públicas y espacio verdes para grandes negociados de especulación inmobiliaria, desplazando a las poblaciones de menores recursos, y favoreciendo exclusivamente a la empresa terrateniente IRSA. Dichas iniciativas se formulan desde una concepción expulsiva, privatista y excluyente de la planificación urbana, que busca elevar el valor de las tierras, estimula grandes inversiones inmobiliarias invocando un supuesto progreso, y pone al Estado y sus recursos al servicio de las grandes corporaciones.
Quienes formamos parte del Espacio “Chico Mendes”, apostamos a que juntos podamos revertir aquellos efectos negativos que mencionamos antes, y lograr así que las personas puedan apropiarse y sentirse parte de su ciudad.
ESPACIO “CHICO MENDES”

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