¿QUE PASO EN RIO + 20?

El pasado miércoles 11 de julio a partir de las 19:00 se desarrolló la charla “¿Qué pasó en Río + 20?” en la Casa Popular “NuestrAmérica” (Maza 1659), organizada por el Espacio “Chico Mendes”.
La propuesta del encuentro fue reflexionar acerca de la justicia ambiental y social en América Latina y analizar el impacto de las resoluciones de la “Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible”, más conocida como Río + 20, que se realizó del 20 al 22 de junio en la ciudad brasileña de Río de Janeiro.
La charla contó con la presencia del abogado ambientalista Enrique Viale, quien pertenece al Colectivo por la Igualdad (CxI) y preside la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas (AAAA), y José Seoane, sociólogo, profesor e investigador de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y miembro del Grupo de Estudios sobre América Latina y el Caribe (GEAL), quienes expresaron su visión acerca de la temática en cuestión ante un auditorio conformado mayoritariamente por estudiantes, militantes sociales y vecinos del barrio de Boedo.
Luego de las presentaciones de rigor se hizo un repaso de la “Conferencia de Estocolmo” de 1972 y la Cumbre “Eco ´92”, las cuales advirtieron acerca de los peligros del cambio climático y la pérdida de la biodiversidad y sentaron las bases para arribar a importantes consensos internacionales en la materia. En ese sentido, “Río + 20” significó un retroceso, ya que no se cuestionó el modelo imperante a nivel mundial y se presentó a la “economía verde” y la “gobernanza global”, lo cual significa un avance de la frontera del saqueo y la contaminación. En efecto, para Enrique Viale “el concepto de “economía verde” viene a suplantar el de “desarrollo sustentable”, a través del cual se pretende llevar la mercantilización de la vida a lugares impensados. Por ejemplo, funciones de la naturaleza como la polinización de las abejas podrían entrar al mercado financiero vía bonos verdes, los cuales valdrían más si la crisis de afectación ambiental se agudizara más”.
El razonamiento de las grandes empresas y los gobiernos de los países industrializados es que sólo se conserva lo que se valoriza. Para Viale, en cambio, “es necesario modificar la visión antropocéntrica imperante para evitar un colapso ambiental, y pensar a la naturaleza como sujeto de derecho y no como fuente de recursos infinitos. Por eso debemos escuchar y acompañar a las comunidades para incorporar sus saberes”. A su vez criticó el andamiaje legal que favorece la explotación minera en nuestro país, y recordó que en cuestiones de derecho ambiental “no hay indemnización posible para los perjuicios ambientales, por eso tienen que prevalecer los principios de prevención y precaución”.
José Seoane también destacó los pobres compromisos de Río + 20, la cual significó “una embestida privatista del capitalismo neoliberal con el fin de valorizar la naturaleza y atacar la soberanía de los territorios”. Asimismo señaló la importancia de la “Cumbre de los Pueblos por la Justicia Social y Ambiental: en contra de la Mercantilización de la Vida y de la Naturaleza y en Defensa de los Bienes Comunes”, que se desarrolló en paralelo a Río + 20 entre el 15 y el 23 de junio, también en Río de Janeiro: “en la Cumbre de los Pueblos se llegó a la conclusión de que no estamos ante un problema de pequeñas respuestas, se avanzó en la crítica al modelo de desarrollo y se destacó la necesidad de reconstruir las coordinaciones continentales (como la de los “Movimientos sociales hacia el ALBA” por ejemplo) que puedan enfrentar esta ofensiva extractivista”.
A modo de cierre, todos coincidieron en rescatar los preceptos de la “Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra”, realizada en Bolivia en abril de 2010, y de la nueva Constitución de Ecuador, en cuanto a consagrar los derechos de la Madre Tierra y el “buen vivir”, además de bregar por la creación de un Tribunal de Justicia Climática. Se concluyó además que en los territorios se ve descarnadamente las consecuencias del extractivismo exportador, siendo casos testigo en ese sentido las luchas de los pueblos de Andalgalá y Tinogasta, entre tantos otros.
A fin de cuentas, todos los asistentes pudieron entender un poco más qué es lo que se estuvo jugando en Río de Janeiro por estos días, que no es más ni menos que el destino de la vida tal cual la conocemos en nuestro planeta.

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