Enrique Carlos Alberto Mosconi nació en Buenos Aires el 21 de febrero de 1877, en una casona ubicada en la calle Rivadavia. En 1894 concluyó su formación en el Colegio Militar de la Nación, graduándose como subteniente de Infantería con diploma de honor. Luego es destinado a cumplir servicios en el Regimiento 7º de Infantería de Línea, con asiento en Río Cuarto, Córdoba, donde redacta un reglamento para Infantería de campaña, incluyendo en él instrucciones sobre pasaje de curso de aguas por medio de puentes y el manejo de explosivos. A fines de 1896 asciende a teniente y se traslada a Buenos Aires donde se lo reconoce como un valioso ingeniero militar. En por ello que es destinado al Estado Mayor General del Ejército. Ya a los 30 años Enrique Mosconi ha demostrado sus excelentes condiciones, debido a las cuales es enviado a Europa para perfeccionarse en los Cuerpos Especiales del Ejército alemán. Al regresar es destinado como segundo Jefe al Batallón de Ingenieros de Azul. A partir de octubre de 1912 se produce un punto de inflexión en su vida, al ser nombrado integrante de la Dirección Técnica de la Escuela de Aviación Militar. Allí entabla una sólida amistad con el presidente del Aeroclub Argentino, el también ingeniero Jorge Newbery.
En marzo de 1920, el ya coronel Enrique Mosconi es nombrado director del Servicio Aeronáutico del Ejército. En esa época vive un episodio que lo marcará a fuego de por vida. Ante la necesidad de combustible, Mosconi envió a un oficial con la orden de compra a la oficina de la Wico, pero el gerente de la compañía le respondió que no le entregaría la nafta de aviación si antes no pagaba el importe correspondiente. El 19 de octubre de 1922 Enrique Mosconi es designado director general de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), empresa que recibió casi en formación y que al renunciar en 1930 era la más importante en su género de América Latina. Al asumir Mosconi, la empresa era deficitaria y producía 350 mil metros cúbicos de petróleo anuales. En 1925 inaugura la destilería de La Plata, y en 1930 YPF alcanza a producir 900 mil metros cúbicos de petróleo anuales. Para Mosconi el enfrentamiento con los trusts petroleros internacionales era una cuestión de soberanía. Dejó por sentado que la explotación petrolera argentina abarca todo el proceso de esa industria: extracción, almacenamiento, destilación, transporte y venta. Mosconi quiso así resistir las presiones de los trusts y defender los intereses nacionales. Al producirse el golpe militar del 6 de septiembre de 1930, que depone al presidente Hipólito Irigoyen, se declara leal al gobierno. Es por eso detenido y luego, en 1933, pasado a retiro. La vida de Enrique Mosconi se apagó el 4 de junio de 1940 en su casa, la cual había adquirido con un crédito hipotecario del que le quedaron varias cuotas sin pagar.
Fuentes consultadas: “Los Malditos. Hombres y Mujeres excluidos de la historia oficial de los argentinos”. Vol. I (Norberto Galazo, coord.).
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