ECOLOGISMO POPULAR

El Espacio “Chico Mendes” participa de las luchas socioambientales en nuestra ciudad, desde una perspectiva de ecología popular, y proyecta otro tipo de relaciones sociales.

Este verano que pasó quedó instalado el debate acerca de la megaminería a cielo abierto en nuestro país. Miles de ciudadanos se movilizaron en defensa de sus territorios en Catamarca y La Rioja. Sin embargo, este tipo de conflictos ambientales que involucran especialmente a los pobladores de los lugares cercanos a los yacimientos a explotar tiene su antecedente más recordado a las pasteras construidas en Fray Bentos, en cuyo caso se involucró fundamentalmente el pueblo de Gualeguaychú. Para tratar de entender estos temas tan complejos hablamos con algunos integrantes del Espacio “Chico Mendes”, quienes entienden que la ecología no supone simplemente “salvar a las ballenas” sino, más aún, salvar a la vida en el mundo de la depredación de un sistema que pone al lucro como único valor supremo.


- ¿Cómo surgió el Espacio “Chico Mendes”?

- El Espacio Chico Mendes surge del encuentro de compañeros comprometidos con las luchas socioambientales, desde una perspectiva de ecología popular. Afirmamos que la defensa del medio ambiente no puede quedar en manos de especialistas y técnicos, sino del pueblo en su conjunto. Desde esa mirada nos proponemos intervenir políticamente, como parte de los colectivos y organizaciones que tenemos como horizonte el cambio social, Creemos que es urgente cambiar los términos de la relación de la sociedad con la naturaleza. Nuestra supervivencia depende de ello.

- Hasta hace poco funcionaban en el barrio, ¿no?

- Si, en un espacio recuperado en 2002 por la asamblea del Cid Campeador en Ángel Gallardo y Acoyte. Ahora nos mudamos al barrio de Boedo, más precisamente a Maza 1659, donde fundamos la Casa Popular “NuestrAmerica” con los compañeros del Frente Popular Darío Santillán. Ahora nos proponemos difundir allí la idea de que los conflictos socioambientales no son ajenos a nuestra ciudad. Porque la falta de vivienda o el derecho a la ciudad, por ejemplo, forman también parte del ecologismo popular. Como sabemos que no está extendida a nivel general esta visión del ecologismo, gran parte de nuestra militancia tiene que ver con la difusión y formación. Tratamos de organizar talleres, charlas y ciclos de cine temáticos para reforzar esa idea del ecologismo popular, que en la práctica se vio por ejemplo este verano en Famatina.

- ¿De qué modo?

- Desde el momento en que un pueblo entero rechaza una explotación minera que, además de contaminar, atenta contra el resto de las actividades económica de la zona y perjudica su “buen vivir” ya dejamos de hablar de ecología conservacionista del estilo “salvemos a los pingünos”. Estos levantamientos son parte de una lucha que viene de años, y el resultado de una construcción colectiva que ha sido, desde sus comienzos, desoída tanto por las autoridades nacionales y provinciales como los medios masivos de comunicación. Ante la radicalidad, y elocuencia, de los argumentos defendidos por las asambleas cordilleranas, tuvieron que recurrir a la represión… Por eso partimos aquí de una concepción integral, donde si se contamina el ambiente se afecta toda la vida. Y en este caso el agua es fundamental. Sin ir más lejos te cito a Enrique Martinez, ex director general del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), o sea un ferreo kirchnerista y no un “ambientalista”. Dice respecto a la megaminería aurífera: "No se está produciendo un elemento imprescindible para la vida comunitaria. Hay 150 mil toneladas de oro refinado en el mundo, de las que apenas un 3 o 4 por ciento se puede decir que cumplen un fin industrial necesario. El resto son joyas, reservas de bancos y de individuos. Reciclando apenas una pequeña fracción de esta cantidad se puede satisfacer cualquier necesidad imperiosa".

- Esto contradice un poco la famosa propaganda oficial…

- Cualquier persona medianamente sensata puede desestimar los argumentos de esa propaganda. Si quieren oro para las necesidades de la vida que dejen de atesorarlo en los bancos. Si quieren metales para las camillas de los enfermeros, los anteojos de los estudiantes, y otros ejemplos ridículos de la propaganda, podríamos dejar de usarlos para la industria del automóvil particular, de la que se benefician mayoritariamente los sectores ricos de la sociedad. Si quieren una industria sustentable hagan una industria estatal del reciclado, evitando así la lógica capitalista de la ganancia que es el verdadero problema ambiental que tenemos.

Aquellos interesados en conocer y ser parte de este proyecto pueden escribir a espaciochicomendes@yahoo.com.ar



ANECDOTARIO

- “¿Será la ecología un "lujo" para los países desarrollados, una cuestión que solo concierne a la población acomodada del mundo industrializado? Un mínimo de atención a lo que ocurre en los países del Sur basta para liquidar ese lugar común del pensamiento conformista. Uno es testigo, realmente, entre los campesinos, las comunidades indígenas, las poblaciones urbanas marginadas del Tercer Mundo, de luchas imperantes por la defensa del medio ambiente, tanto más necesarias cuanto que es hacia la periferia del sistema que son exportadas las formas de producción más brutalmente destructivas de la naturaleza y de la salud de la población. Poco importa si las movilizaciones contra la contaminación del agua, las luchas por la defensa de los bosques o las resistencias a las actividades dañinas de las industrias químicas se hacen o no en nombre de la ecología (…). Lo esencial es que esas luchas tienen lugar, y que conciernen a cuestiones de vida o muerte para las poblaciones involucradas”*.

* “En Brasil, el combate de Chico Mendes” (Michael Lowy).



ENCUENTROS

- “Entre las múltiples manifestaciones de esta "ecología de los pobres", un movimiento aparece como particularmente ejemplar, por su alcance a la vez social y ecológico, local y planetario, "rojo" y "verde"; la lucha de Chico Mendes y de la Coalición de los pueblos de la selva para la defensa de la Amazonia brasileña, contra la obra destructora de los grandes propietarios terratenientes y de los agronegocios multinacionales. Chico, que pagó con su vida su acción por la causa de los pueblos amazónicos, se convirtió en una figura legendaria, un héroe del pueblo brasileño. No obstante, el tratamiento mediático de su historia tiende a ocultar la radicalidad social y política de su lucha”*.

* “En Brasil, el combate de Chico Mendes” (Michael Lowy).

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