VEINTIDÓS AÑOS RECLAMANDO UN PRECIO MÁS JUSTO

La yerba mate fue históricamente el principal cultivo de la provincia de Misiones. Hay 206.480 hectáreas plantadas con yerba mate (90% en Misiones y 10% en Corrientes), con una producción de hoja verde de 1.113.602.502,05 kg. Hay 17.686 productores y, de ellos, 13.379 son pequeños productores. Las plantaciones de los pequeños productores son las que menos producen; plantas que tienen de treinta a cincuenta años, de baja producción al ser tan viejas, lo cual conlleva también la degradación paulatina de los suelos. La producción total del pequeño productor es de 331.517.638 kg. de hoja verde, que da un promedio de 24.779 kg. de hoja verde por familia. Al valor actual, le va entrar cada familia en promedio aproximado $ 3.500 pesos por mes. Cuarenta y cuatro productores que tienen más de 200 hectáreas cada uno, producen 178.883.101,58 kg. de hoja verde que al valor actual recibirán por mes $ 575.949,38, casi 7 millones de pesos al año (según datos publicados en la página del Instituto Nacional de la Yerba Mate). En 1990 se elimina la Cámara Reguladora de Yerba Mate (CRYM). Y debido a la desregulación impuesta por el capitalismo y la complicidad del gobierno de turno, se termina pagando el kg. de hoja verde a tan solo de 0,02 centavos. Esta situación trajo como consecuencia un gran éxodo rural, la venta a precio vil de las chacras, desocupación, miseria, hambre y la concentración de la tierra en pocas manos. La producción de yerba se encuentra hoy en oligopolio. Cuatro empresas concentran el 50% de toda la yerba mate que se produce y comercializa en el país. Si a esto le agregamos que esas empresas tienen plantaciones propias que, prácticamente, garantizan su abastecimiento, estas agroindustrias se constituyen en formadores de precios y manejan el mercado. En los últimos veinte años los pequeños productores lograban unos centavos para su menguada producción, a través del laudo de la Nación, ya que nunca el directorio del INYM logro sacar un precio para la hoja verde. Cada vez que se le daba unos centavos al valor de la hoja verde, no implicaba una mejoría en las condiciones de los pequeños productores, pero los poderosos del mercado ampliaban sus ganancias, esquema perverso que durante veinte años sostuvieron un precio barato para el paquete de yerba mate en góndola. Mientras los pequeños productores se empobrecían, aumentaba la explotación, el trabajo infantil, otros se transformaban en grandes productores con un poder económico importante. El pequeño productor no puede seguir siendo la variable del ajuste: se necesita que haya una política integral de apoyo a la producción familiar. Sin la cual, en definitiva, no podrá sobrevivir. Hace falta entonces un esfuerzo firme y solidario, tanto de los productores como de quienes consumen su producto para que el pequeño productor y su familia no desaparezcan aplastado por las grandes empresas…

MIGUEL RODRÍGUEZ
Jepe´a - Compromiso social

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