Condenados


Condenados,
Antes de despertar a la terrible condena de la pobreza,
a colgar con ella como propia,
a entenderla como natural.
Condenados,
a sobrevivir entre la nada y el olvido,
la angustia y la injusticia de mirar a los ojos y mirar el dolor,
el dolor del hambre y del frío,
el dolor del golpe y la botella.
Condenados,
a terminar en galpones fríos ,
oscuros,
inolvidables.
A morir en vida detrás de una reja y nunca más volver después de tanto calvario,
nunca más volver sin mirar el odio y el dolor del pasado.
Condenados,
a soportar el maltrato continuo de los que los condenan ,
de los que señalan y no miran ,
de los que disparan sin importarles nada… Absolutamente nada.
Condenados,
a cargar en sus espaldas la enorme piedra del olvido y la soledad,
del dios que nunca escucha,
Del barro eterno y la chapa que congela los piecitos sucios de un pequeño condenado.
Condenado… Terriblemente condenados,
a encontrar la paz… En la oscuridad de la muerte.

Juan Manuel Petitto Tévez

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