América Libre para Todxs

Pasado el mediodía. Nublado, recién llegados de Chapadmalal. Tirados en la arena, cubiertos de arena; regalo de los vientos marplatenses. ¿Vamos para el América? Dale. Preguntamos en un bar, esos que están en la playa que venden licuados, sándwiches, milangas… comida rápida que le dicen. “Tenemos que ir para 20 de septiembre y San Martín, ¿estamos cerca? – ¿Van para la Escuela Cultural? – Eh…sí…para el América Libre”. Nos indican; pasando Luro, doblas a la derecha por San Martín, que es peatonal a esa altura, caminas unas 4 o 6 cuadras, llegás a Independencia, y de ahí unas 4 cuadras más. Ahí, justo en la esquina. Vas a ver una plaza, enfrente.
Arrancamos. El sol comenzaba a dar señales de reflejo. Llegamos. Gente reunida. Algunxs levantan la vista y nos ven, algo perdidos. Una chica se apiada y nos pregunta: “¿chicos venían a la reunión? ¿Estaban buscando a alguien? - A Martín, ¿está? - Estaba acá hace un rato, a ver si bajó”. Martín no estaba…o al menos no lo encontrábamos. “Vengan, pasen… bajen chicos”.
Bajamos. Tres pibes laburando. Y en eso, el encuentro. Si, nosotros somos los cumpas que veníamos de Capital. Y ahí, Pablo. Alegre, enérgico, contándonos todo lo que podía/ quería/ recordaba sobre el América. Subir escaleras, bajar escaleras, ver cuadros, fotos, murales, notas de diarios, escuchar una historia alucinante de sueños, proyectos, creencias, luchas, laburo, resistencias, miedos, organización, comunidad, arte… Recorrer los miles de recovecos y lugares de ese centro cultural, de esa casa cultural que te abriga y de la cual no queda otra que apropiarte ni bien entras. Estás en tu casa. Nadie te sirve, nadie te mira, nadie te controla. La casa es de todxs y por ende todxs la cuidan. Ya dos años pasaron de aquella recuperación de un edificio del ANSES en desuso- abandonado por 9 años. Ya dos años pasaron entre asambleas, reuniones de las diferentes comisiones, festivales, jornadas, charlas, talleres (de tango, danza, fotografía, percusión y siguen los etcéteras), encuentros culturales de diversa índole, proyecciones de cine, teatro, exposiciones de artes plásticas, murales, música (mucha y diversa), danzas, malabares, alegría, garra, ganas, esfuerzo, compromiso y laburo cotidiano. Y siguen, y crecen y se suman y se crean nuevas cosas; y así nos enteramos que se abre el primer Bachillerato popular en Mar del Plata, y va a funcionar ahí, en el América. Y la gente reunida, eran docentes y cumpas del CEIP. “Y a la noche hay guiso chicos, y bandas de jazz y unas proyecciones…lo organizan los docentes que van a laburar en el Bachi, vénganse, va a estar bueno”. Y fuimos, y claro, estuvo bueno, muy bueno. Y se respiraba compañerismo por doquier, y revolución con alegría. Y se terminaba la movida nocturna pero la buena onda seguía, y entre buenas vibras y energías fuimos entre todxs acomodando el América para que descanse durante la noche y abra sus puertas transparentes una nueva mañana más.
Y sí, quizá estas simples líneas pueden pensarse solamente como una anécdota, un texto en el que se plasma un momento, unas horas de unos días de fin de noviembre. Pues, son más que eso. Y sí, es cierto que sólo fueron unas pocas horas de trascurrir por esa América libre; una tarde, una noche, unas charlas espontáneas y fortuitas entre los compañerxs marplatenses. Y justamente por esa razón es que este texto es más que una simple anécdota, porque en tan solo esas pocas horas uno vive, siente, presencia la fuerza que tiene un proyecto colectivo. El América Libre, no es un modelo futuro de proyecto a seguir para un centro cultural, ni una idea suelta, ni un tipo ideal: es pura realidad en movimiento, construyéndose colectiva, horizontal y autogestivamente.
Ya tienen las coordenadas…si están por esos pagos, no pierdan la posibilidad de darse una vuelta.

Centro Cultural América Libre- Casa del Pueblo: San Martín y 20 de septiembre (Mar del Plata)
http://www.ccamericalibre.com.ar/
MALENA FALLACARA

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