Los Quilmes, pueblo indígena de los Valles Calchaquíes, opusieron una tenaz resistencia a los conquistadores españoles. Tal es así que recién en 1665 fueron vencidos por Alonso Mercado y Villacorta, y sus sobrevivientes, luego de un penoso periplo a pie, desterrados en su mayoría a la actual ciudad de Quilmes del sur del Gran Buenos Aires. Unas doscientas familias fueron confinadas en 1666 al primer asentamiento al sur del Riachuelo, conocido como la “Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de los Indios Quilmes”, bajo el régimen esclavista de la Encomienda. En el siglo siguiente la población se redujo a sólo 200 habitantes (por sufrir de enfermedades y negarse a procrear en condiciones de servidumbre), y en 1812 el Primer Triunvirato decidió la creación del pueblo de Quilmes sobre los terrenos que pertenecieron a la Reducción. Hasta aquí la historia oficial, la que afirma que no quedaron pueblos indígenas en el actual Tucumán luego de la desaparición de los Quilmes. Sin embargo, aún hoy esta brava estirpe domina los Valles Calchaquíes desde el cerro Alto del Rey.
Resulta que en 1716, o sea cincuenta años después de que un grupo de Quilmes fuera confinado al sur del Riachuelo y otro se refugiara en los cerros, el cacique de Quilmes don Diego Utivaitina recibió de manos de los representantes del Rey de España una Real Cédula que reconocía para su pueblo la posesión del territorio en el que aún hoy viven los Quilmes y los Amaichas. Y ello incluye a la Ciudad Sagrada (las mal llamadas “ruinas de Quilmes”, que constituyen uno de los sitios arqueológicos más importantes del país), que les fuera usurpada para incentivar el lucro privado. Por ello, y tras cinco años de infructuosos reclamos judiciales, la ciudadela fue tomada por los indígenas en enero de 2008. Héctor Cruz, el empresario poseedor hasta aquel momento de la Ciudad Sagrada, intentó ingresar nuevamente al predio para volver a explotar el territorio sin ninguna consideración por la comunidad que lo habita. La misma, conformada por catorce Ayllus (Pueblos/ comunidades), se encuentra protegiendo su sitio arqueológico y procurando dar a conocer su cultura y espiritualidad a todos los visitantes. De este modo los Quilmes, una vez más, dan muestra de su valor cuando de defender su patrimonio ancestral se trata…*
Resulta que en 1716, o sea cincuenta años después de que un grupo de Quilmes fuera confinado al sur del Riachuelo y otro se refugiara en los cerros, el cacique de Quilmes don Diego Utivaitina recibió de manos de los representantes del Rey de España una Real Cédula que reconocía para su pueblo la posesión del territorio en el que aún hoy viven los Quilmes y los Amaichas. Y ello incluye a la Ciudad Sagrada (las mal llamadas “ruinas de Quilmes”, que constituyen uno de los sitios arqueológicos más importantes del país), que les fuera usurpada para incentivar el lucro privado. Por ello, y tras cinco años de infructuosos reclamos judiciales, la ciudadela fue tomada por los indígenas en enero de 2008. Héctor Cruz, el empresario poseedor hasta aquel momento de la Ciudad Sagrada, intentó ingresar nuevamente al predio para volver a explotar el territorio sin ninguna consideración por la comunidad que lo habita. La misma, conformada por catorce Ayllus (Pueblos/ comunidades), se encuentra protegiendo su sitio arqueológico y procurando dar a conocer su cultura y espiritualidad a todos los visitantes. De este modo los Quilmes, una vez más, dan muestra de su valor cuando de defender su patrimonio ancestral se trata…*
Fuentes consultadas:
www.comunidadindiaquilmes.org
http://www.laotravoz.net/
http://huayra-huasi.blogspot.com/
www.comunidadindiaquilmes.org
http://www.laotravoz.net/
http://huayra-huasi.blogspot.com/
“Los Quilmes contamos nuestra historia” (Amaicha del Valle: Reto de la Política Indígena)
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