¿Qué hacemos con los precios?

El pasado viernes 6 de junio se desarrolló una charla acerca de la carestía de la vida en la sede del Espacio de Cultura y Política Popular “El Cid” (Ángel Gallardo 752). El encuentro contó con la presencia de vecinos, comerciantes y dos economistas que ayudaron a comprender mejor la situación actual: Guillermo Gigliani de Economistas de Izquierda (EDI) y Mariano Féliz del Frente Popular Darío Santillán (FPDS).
Guillermo Gigliani comenzó contextualizando el tema al recordar la caída del salario luego de la devaluación de 2002, y su posterior recuperación en 2006 a los niveles del ´93. Sin embargo advirtió que lo que se fortaleció fue la remuneración del sector privado formal, sin que ello se tradujera en una mejora a nivel general. “Es decir que estamos ante una expansión desigual de la demanda que se frena fuertemente por el desborde inflacionario de 2007” sintetizó el economista.
Para Gigliani, la crisis que atraviesa el gobierno tiene tres ejes: la suba de los precios internacionales, el conflicto agrario (que genera un resquebrajamiento del bloque dominante por el encono de un sector muy beneficiado por la coyuntura actual), y una crisis financiera en ciernes que provoca la oscilación del precio de dólar y una suba de las tasas de interés. Todo lo cual determina una caída de los ritmos de crecimiento y la certeza de que a la presidente le va a costar recomponer el salario popular.
Por su parte Mariano Féliz atribuyó las dificultades para controlar los precios a la gran concentración de la economía: “Diez grandes exportadores controlan el comercio exterior argentino y, en contexto de inflación de precios de productos primarios a escala global, es lógico que esto tenga incidencia aquí”. Y si tenemos en cuenta que los sectores pobres dedican el 45 por ciento de su ingreso a la compra de alimentos, contra un 25 de los ricos, se deduce con facilidad quiénes son los verdaderos perjudicados en este mentado conflicto agrario. Sin embargo, para el economista del FPDS “las retenciones por sí mismas no tienen una incidencia fundamental sobre la inflación porque las grandes empresas están en condiciones de trasladar ese cargo hacia abajo. Creo que lo fundamental sería discutir qué se hace con los recursos, establecer un control centralizado del comercio exterior (para minimizar el impacto de la inflación internacional), eliminar el IVA a los productos de primera necesidad, discutir una reforma agraria y cobrar impuestos al capital financiero”.
Los vecinos, a su vez, acordaron en la necesidad de tomar una consigna como “No al IVA en los alimentos” para unir a los perjudicados: “Debería haber en Argentina un movimiento de masas contra la carestía como en la Europa de los años ´50 y ´60, o al menos similar al que se está gestando contra el Tren Bala” expresó uno. Otro propuso descentralizar la demanda de productos de los supermercados mediante competidores locales como ferias barriales que vendan productos frescos. “Con pocos recursos se puede hacer mucho, fundamentalmente a favor de los sectores más pobres, siempre y cuando se acompañe esto con un control de precios con fiscalización popular” concluyó un tercero.
El saldo del encuentro fue positivo ya que se logró ensayar posibles respuestas a la situación del constante aumento de los precios a nivel local. Queda mucho por hacer, está claro, pero muchos vecinos demostraron que no se van a quedar de brazos cruzados ante la carestía de la vida…

Para más datos: centrocultural_cid@yahoo.com.ar

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