Editorial

Las retenciones son un gravamen a las ganancias extraordinarias de los sojeros y son, por lo tanto, legítimas. Además estabilizan los precios internos, y no porque lo diga el gobierno es falso. Pero sí hay que discutir a qué se destinan. Una política que pretenda mejorar la calidad de vida de millones de argentinos debe comenzar, por ejemplo, por eliminar el IVA a los alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad. Las retenciones se deben emplear, también, para aumentar el salario mínimo, las jubilaciones y pensiones y en apoyo a los desocupados. Los impuestos deben recaer sobre las ganancias de los financieros, la minería, las empresas petroleras y privatizadas, los capitalistas agrarios y los rentistas. Éstos en algunos casos están liberados de pagar varios impuestos y en los casos en que pagan éste es muy bajo. Por el contrario, actualmente el sistema impositivo está basado en impuestos al consumo, como el IVA, y en impuestos a los sueldos que el gobierno pretende que son ganancias. Por esta forma injusta de recaudar impuestos pagan, proporcionalmente a sus ingresos, más los que menos tienen. La fecundidad de nuestras tierras, el clima, la biodiversidad, los ríos y arroyos no son de los propietarios privados, no provienen de ninguna inversión, los ha provisto la naturaleza, por lo tanto son del pueblo de la nación argentina. Como esto es así, la agricultura, la ganadería y todos los productos de la tierra, deben asegurar, en primer lugar, trabajo y alimentos al conjunto del pueblo del campo y la ciudad. En segundo lugar aportar al desarrollo industrial e integral de la nación para bienestar de toda su población y no ganancias extraordinarias a los exportadores, financieros y rentistas, ni a las grandes transnacionales exportadoras, que las utilizaran para gastos suntuarios y no para el desarrollo. Por ello sería interesante pensar en mecanismos regulatorios para controlar el vaivén de los precios mundiales de los productos que vendemos al mundo, un plan de producción rural que garantice precios justos a los pequeños productores de alimentos para abastecer el mercado interno, e impedir el desmonte y la deforestación del país, fomentando a su vez a las zonas más necesitadas del interior*.

* Fuente: Comunicado del colectivo “Otro camino para superar la crisis”.

Comentarios

Bichito de luz ha dicho que…
Muy bueno y muy de acuerdo. No solo son un problema gravisimo los impuestos retrógrados sino, la falta de elaboración de las materias primas previa exportación. Sería mucho más conveniente elaborar y envasar los productos de la tierra antes de ser envidos al exterior porque se fomenta la industrialización y se generan más fuentes de trabajo de mejor calidad (bueno, habría que probar). La falta de una política que acompañe esta propuesta esta justificada desde un mercado proteccionista (del Primer Mundo, por supuesto) que impide que los productores sean también los que elaboran.
No se si me explico...
Besos y MUY bueno el blog.