Morixe Hnos. S. A. dice adiós

Morixe Hnos. S. A. fue fundada en 1901 por Francisco Morixe, quien ya desde 1885 se dedicaba a la industria molinera. Sus hijos, sucesores de la firma, ubicaron al nuevo establecimiento entre los mejores de su género. Para ello construyeron el edificio de la calle Rojas 49, en un terreno propio de tres mil varas cuadradas. Además instalaron dos grandes almacenes para harinas con entrada por Rojas y Yerbal.
El nuevo edificio fue inaugurado en agosto de 1914, y se componía de un edificio de cinco pisos dedicados exclusivamente a la molienda y limpieza del trigo, el que se almacenaba en tres depósitos con capacidad para dos mil toneladas. Poseía modernas maquinarias, y la capacidad productora del molino alcanzaba a moler 80 mil kilos de trigo por día, obteniendo seis tipos distintos de harina.*
Formaban Morixe Hnos. S. A. los hermanos Jerónimo A., Juan Carlos, José B. y Alberto F. Morixe, éste último fallecido el 16 de agosto de 1914, figurando la viuda del fundador, Sra. Ángela M. de Morixe, como socia comanditaria. En su época de esplendor, su planta llegó a moler 17 mil toneladas de trigo por mes. Incluso el tren llegaba a introducirse en el molino para descargar los granos. Claro que nadie escapa a su ocaso. Y en 1994, con el objetivo de aumentar sus negocios, la compañía contrajo una deuda que posteriormente no pudo afrontar. Los encargados de recupero de créditos de las entidades acreedoras impusieron condiciones durísimas: el plan jugó sobre el atractivo de los valiosos terrenos que la molinera poseía en el corazón de nuestro barrio. Finalmente, en octubre de 2001 la planta dejó de funcionar, pese a un par de amagues de volver a mejores tiempos que se quedaron en eso: la producción de Morixe Hnos. S. A. se va a concentrar en la localidad de Benito Juárez, cerca de Tandil. Los bancos acreedores, encabezados por el Banco Francés del grupo Bilbao- Vizcaya, vendieron el predio entre Federico García Lorca y Martín de Gainza al fondo de inversiones Pegasus Capital que, junto a la constructora Caputo, desarrollarán un emprendimiento inmobiliario… O sea, más de lo mismo: más edificios para los más favorecidos. Un edificio ícono de Caballito, convirtiéndose ya en escombros, que dará paso a otras mega- torres que se empecinarán en copar el cielo de Caballito.*
Fuente consultada:
Sidoli, Osvaldo Carlos. “El barrio de la veleta. Historia de Caballito”: pags. 179 y 180.

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