Por amor al arte



La escultora y vecina Lidia Battisti nos habla de su arte y del Taller-Museo dedicado a su obra como a la de su esposo Juan Carlos Ferraro








La escultora y vecina Lidia Battisti nos habla de su arte y del Taller- Museo dedicado tanto a su obra como a la de su esposo Juan Carlos Ferraro.

Se conocieron en marzo y se casaron cinco meses después. La luna de miel fue para ellos una visita relámpago a Montevideo. No tenían mucho tiempo disponible: Lidia Elsa Battisti y Juan Carlos Ferraro debían terminar pronto un relieve de tres por dos metros para la fachada del edificio de la Caja de Crédito de Villa Luro.
- Podríamos decir que fue una pareja forjadora de arte…
- El arte siempre estuvo con nosotros desde el comienzo. De hecho, nos conocimos en la Asociación de Escultores. Y si bien en general cada uno se mantuvo siempre en lo suyo, encaramos un par de trabajos entre los dos. El último de ellos fue el Monumento a la Madre que está en Avenida de la Riestra y Murguiondo, una estatua de dos metros y medio. Esta obra nos permitió costear la casa de Nicasio Oroño, el futuro Taller- Museo. Pero como te decía antes, solíamos encarar los proyectos por separado: Juan Carlos era un extraordinario retratista, y yo soy más moderna.
- ¿Desde cuándo vivís en el barrio?
- Llegué a Caballito cuando tenía cuatro años. Hice la primaria en la Escuela de Guatemala, de Méndez de Andes y Biedma, y después estudié Bellas Artes en la Pridiliano Pueyrredón. De todos modos siempre estuve cerca del barrio, más aún cuando pudimos comprar el taller de Nicasio Oroño.
- ¿Qué recuerdos tenés de tu etapa como estudiante?
- Son innumerables las vivencias, pero puedo compartir dos que me vienen a la mente en este momento. Una tiene que ver con un gran maestro que tuve, Lino Enea Spilimbergo, que me hizo dibujar una oreja… ¡mil veces! Otra, que tuvo sabor a revancha, fue cuando gané el Primer Premio del Salón Mar del Plata. Resulta que uno de los jueces del evento fue Curatella Manes, quién me había “aconsejado” dedicarme a otra cosa en mi etapa de formación…
- ¿Cuál de tus obras te gusta más?
- A la que más le tomé cariño es a “La Vida”, de la Serie “de la Familia”, un relieve tallado en madera de lapacho. Este material, además, es hermoso para trabajar porque no te saca fibras ni desprende ese polvo amarillento que te revienta. Otra que recuerdo, por el esfuerzo que me demandó, fue “La Espera”, una obra en yeso patinado de la Serie “de la Vida”. La hice de un tirón, el último día del plazo que me habían impuesto para la entrega. Estuve una noche entera sin dormir, y encima estaba en San Antonio de Padua. Por suerte, pude llegar según los plazos establecidos…
- ¿Existen obras tuyas o de tu marido en Caballito?
- Mías no, pero de Juan Carlos tenemos dentro de la Iglesia de Buenos Aires el busto del Padre Márquez. Es una pena que sea tan poco, teniendo en cuenta que ambos desarrollamos nuestro trabajo fundamentalmente en Caballito. De todos modos, quieren instalar una escultura de Carlos Gardel (de mi marido) en algún espacio público del barrio. Veremos qué pasa…
- ¿Cuáles son tus proyectos en la actualidad?
- Ahora estoy instalando un taller en mi casa. Mi idea es trabajar con materiales “modernos” (pasta piedra, cemento con un catalizador, etc.), y estoy averiguando al respecto. También ando detrás del Taller- Museo que va a funcionar en el taller que compartimos con Juan Carlos hasta el día de su muerte en 2004.
- ¿En qué anda eso?
- Está todo parado. Me compraron la casa, pero pretendo que antes que se vaya Telerman nos hagan firmar ante escribano toda la donación. Sería buena avanzar en ese aspecto. También sería importante estimular el circuito museológico de esa zona del barrio que comprende al Museo de Anestesiología, el Perlotti, nuestro Museo- Taller, y el Museo del Che Guevara, que me enteré que ahora funciona sobre la calle Rojas…La obra de esta pareja de artista forma parte del acervo cultural de los argentinos, y es un orgullo para todos los caballitanos. Y como la próxima administración local anuncia que “va a estar bueno Buenos Aires”, esperemos que la cultura de los barrios constate esta frase con hechos concretos…





ANECDOTARIO
- “Me encerraba a trabajar en mi taller y sólo salía para dictar mis cátedras, pero mi verdadera clase estaba en el taller: fui discípulo de mí mismo. Tuve muchos alumnos y al que tengo muy presente en mi estima es a Juan Carlos Ferraro que luego pasó a ser un eficaz colaborador” (Palabras del escultor, y también caballitano, Luís Perlotti)
- El mentado Perlotti diseñó una réplica de la veleta que dio nombre a nuestro barrio. Y como falleció antes de terminarla, la completó su discípulo Juan Carlos Ferraro. Dicha réplica se erigió el 3 de noviembre de 1969 en la Plaza Primera Junta, centro neurálgico del barrio, donde corona un mástil que en su base posee dos relieves de bronce, hechos por Perlotti, llamados “La Porteña” y “La carreta”.
Fuentes: - “La Colección de Cuadernos Educativos, Comisión de Preservación del Patrimonio Histórico- Cultural de la Ciudad de Buenos Aires” (Investigación y coordinación: Erica Baumann).
- www.museos.buenosaires.gov.ar

ENCUENTROS
- ¿Cuál es el patrimonio que estás donando para el Taller- Museo?
Hay de todo: libros, medallas, esculturas, etc. Muchas son obras de Juan Carlos, que es considerado uno de los grandes artistas estatuarios, retratistas y medallistas del país en la era contemporánea. Hay más de quinientas obras: maderas, mármoles, muchas cosas de valor. Las esculturas de yeso, además, son testimonio de trabajos que están en ciudades como Londres, Berlín, París, Bucarest o Caracas.


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