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Foto: Alfredo Jaramillo. |
La planta de transferencia de
la Cooperativa “Recuperadores Urbanos del Oeste” se ubica en Yerbal 1453 desde
el año 2013. De todos modos, sus asociados trabajan en las calles de Caballito
desde mucho antes. Para conocer acerca de las actividades que desarrollan en
nuestro barrio hablamos con Eduardo Catalano, quien pertenece a la Dirección
General de Reciclado y coordina el equipo que trabaja con la cooperativa
mencionada.
-¿Cómo
se originó esta cooperativa?
-Un primer intento de
organización sucedió dentro del “Tren blanco”, con el fin de garantizar una
buena convivencia dentro de esas formaciones despachadas especialmente para los
cartoneros. Esta cooperativa se originó de hecho entre quienes vivían en las
localidades del oeste del Gran Buenos Aires. Hay que recordar que entre 1998 y
2001, unos cincuenta mil recuperadores cartoneros empezaron a recorrer la
ciudad para buscar un sustento abriendo las bolsas de basura. Poco después cambia
esta situación porque ante la crisis algunas empresas empezaron a requerir los
materiales reciclables. Es decir que una actividad que era totalmente marginal
pasó a primera escena. Eso obligó al Gobierno de la Ciudad a intervenir en el
tema, que era visible y tenía impacto. Hoy se trabaja en un sistema de
recolección mixto, en el que participa el Gobierno y las doce cooperativas de
recuperadores. El primero no tiene injerencia en lo que es la venta, pero sí en
la recolección. La Dirección General de Reciclado trabaja bajo convenio con
cada una de las cooperativas, que reúnen a 5.500 personas. De todos modos, hoy
por la crisis se volcaron 10 mil personas más a la calle. Y si bien los precios
de los materiales subieron, se encuentran menos porque el consumo es menor.
-¿Cómo
llegaron al predio de Yerbal al 1500?
- Allí estaba el obrador que
se utilizó para la extensión de la línea “A” de subte. Y la cooperativa entró
con la venia del gobierno porque el beneficio fue mutuo. Los recicladores
evitaban trasladar tanto el material, y el gobierno se ahorró la plata que
demandaba despachar treinta camiones. De todos modos, hasta hace seis meses los
querían sacar porque iba a pasar el soterramiento del tren. Ahora hay un cambio
de mirada que es bienvenido: hoy a este predio se lo reconoce como centro verde
y se puso una empresa a realizar tareas de mantenimiento. Hay capacidad para
trabajar en la mejora del predio, cosa que antes era muy dificultosa.
-¿Cómo
funciona este sistema mixto de recolección?
-Es un sistema complejo y
perfectible, y para las cooperativas existe además un obstáculo económico.
Porque se trabaja con grandes generadores, puntos verdes, y las campanas verdes
que están en la calle. Pero aún el trabajo en calle representa el sesenta por
ciento de los ingresos de los recicladores. Y para revertir eso se necesita recursos
y tecnología. Queremos sacar los carros para que el trabajo sea menos
sacrificado y para no molestar a los vecinos, pero el objetivo en primer lugar
es mantener la fuente de trabajo de las mil personas que pertenecen a esta
organización.
-¿Cómo
es la relación con los vecinos del barrio?
-La cooperativa tiene que
aggiornarse al barrio, y trabajar mancomunadamente con los vecinos. Pero
después de tantos años, la aceptación es amplia. Entiende que hay que
participar de los espacios como el que se aglutina por el “Sí al parque”, por
el bien común y para mantenerse en este lugar. Y para eso necesita reconvertir
algunas cuestiones, y ser referente en lo que es recolección diferenciada,
medio ambiente y reciclado. En ese sentido, se hizo un convenio con la Escuela
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Pte. Dr. Arturo Umberto Illia, para los recicladores que deseen terminar la
Primaria. También tenemos una Secundaria, y un grupo de veinte
promotoras ambientales que son una herramienta de difusión de las actividades
de la cooperativa y del impacto positivo que tiene el reciclado. El 80 por
ciento del material que levanta la cooperativa es de Caballito. Y tenemos que
lograr que el vecino separe los residuos húmedos del papel, el cartón, el
plástico y el metal, que es lo que se puede reciclar. En definitiva, cuando uno
compra algo está generando un problema. Y parte de la solución es hacer la
separación de residuos en origen, para que el material reciclable vaya a una
cooperativa, la procese, y vuelva a ser utilizado. Está bien demandar y exigir
limpieza, pero tenemos que cumplir con nuestra parte. No podemos mirar más para
otro lado.
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