Nos preocupa que en nuestro país
se produzca una vez más una desaparición forzada de persona. Resulta grave
también que todos los elementos probatorios apunten a Gendarmería, que como
todas las fuerzas del Estado deben estar al servicio de los ciudadanos.
Hoy el pedido urgente es la
aparición con vida de Santiago Maldonado. Queremos saber qué le pasó a partir
del pasado 1 de agosto, quienes se lo llevaron y qué hicieron con él.
Pero aquí queremos hacer un
humilde llamado a quienes lean estas líneas. Que reflexionen y piensen en qué
país desean vivir, y qué cosas están dispuestos a tolerar que sucedan. Que la
tan mentada grieta no nos tape lo importante: en una sociedad sana no tiene que
desaparecer gente. Ni por protestar, ni para someterla a trabajo forzado, ni
por nada en el mundo. Todos debemos unirnos en ese reclamo básico, ante el
gobierno que sea que circunstancialmente maneje los destinos de las fuerzas del
Estado. Ese oscuro camino lo anduvimos hace no mucho, y aún nos cuesta
cicatrizar aquella herida. No hay desaparecidos de izquierda o derecha, sino un
Estado que no resguarda nuestros derechos como corresponde.
Por Mario Bonino, Walter Bulacio,
Miguel Bru, Darío Santillán, Maximiliano Kosteki, Luciano Arruga, Julio López,
Marcela Chocobar, Santiago Maldonado, y tantos otros desaparecidos y muertos
desde 1983 con la connivencia estatal. Por más y mejor democracia.
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