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Foto: gentileza Matías Ayastuy |
Matías Ayastuy, cuyos padres fueron
detenidos ilegalmente en Caballito durante la última Dictadura militar, busca a
su hermano o hermana nacido/a en cautiverio.
La vida de Matías Ayastuy cambió para
siempre aquella noche del 6 de diciembre de 1977. Las fuerzas represivas de la
última Dictadura militar desplegaron el denominado “Operativo Escoba”, producto
del cual secuestraron a más de cien militantes del Partido Comunista Marxista
Leninista (PCML), entre ellos a sus padres Jorge Ayastuy y Marta Bugnone. Hasta
ese momento los tres vivían en Martín de Gainza 958, pero desde entonces nunca
más pudieron reunirse. Gracias a la búsqueda de sus abuelos, Matías pudo
criarse con los suyos. Sin embargo, hace pocos años se enteró de que su madre
cursaba un embarazo de seis meses al ser secuestrada. Desde ese momento, Matías
Ayastuy tiene la esperanza de devolverle la identidad a su hermano o hermana.
- Contame un poco la historia de tus viejos.
- Ellos se
conocieron en un encuentro de amigos, y al poco tiempo empezaron a salir. Mi
viejo era de la ciudad bonaerense de Vedia y mi mamá de Gualeguaychú. Después
se mudaron a Rosario para estudiar, y comenzaron a militar en el barrio que hoy
se conoce como Ludueña (donde vivió el “Pocho” Lepratti), en el marco del
Cristianismo de base, dando apoyo escolar y ayudando en un centro de salud,
entre otras cosas. Al tiempo consideraron que con el trabajo de base en la
Iglesia no alcanzaba, y se sumaron al PCML. Pero como la Triple A llegó a
balearles la casa que tenían en Villa San Francisquito, decidieron irse de la
ciudad. Primero a Villaguay, y después a Capital Federal, a un departamento que
estaba cerca del Cid Campeador. Ahí se refugiaron mis viejos, y casi nadie
sabía eso por cuestiones de seguridad.
- ¿Y qué supiste de lo sucedido aquella noche?
- Lo que pude saber
lo recopilé en base a testimonios de vecinos, porque yo entonces tenía nueve
meses de edad. Fundamentalmente de una persona que hoy vive en Viena, y que en
1977 tenía doce años. Resulta que cuando mis viejos se dieron cuenta de que los
venían a buscar, me pasaron por arriba de un tapial a la casa de unos vecinos,
con una pulserita con el teléfono de mis abuelos. Estos vecinos, a su vez, me dejaron
con otros que vivían abajo, con los cuales mis viejos tenían una excelente
relación. Desgraciadamente ellos llamaron a la policía, y terminé en la Casa
del Menor y la Familia, donde me esperaba una segura adopción que por suerte se
demoró porque tenía un problema de salud. Eso permitió que, dos semanas después,
mis abuelos lograran ubicarme, gracias a la ayuda de una enfermera, y que me llevaran
luego a Gualeguaychú. Allí crecí con mis tíos Estela y Guillermo, que son mis
viejos de crianza, y cuatro primos/ hermanos. Siempre digo que haber conocido
desde siempre mi historia me permitió construir mi propia identidad. Porque el
problema de la identidad tiene que ver con no saber bien de dónde venís, de la
negación de tu historia.
- ¿Cuándo te enteraste de que existía una posibilidad
de tener un hermano o hermana perdido/a?
- En 2008 una
compañera de militancia de mis viejos contó ante la Comisión Nacional por el
Derecho a la Identidad (CONADI) que mi mamá estaba embarazada cuando la
secuestraron. Con mi familia entonces decidimos hacernos análisis de sangre
para cotejarla con el Banco Nacional de Datos Genéticos, sin resultados
positivos. Sin embargo, en 2012 recogimos más testimonios de gente que sabía
que mi vieja tenía un embarazo de cinco o seis meses. Por eso, el 6 de
diciembre de ese año decidimos lanzar la campaña “Vos podés ser quien buscamos” (ver aparte). Esa fue una etapa de
búsqueda personal, pero posteriormente entendí que había que apoyar la lucha de
Abuelas, porque esta es una búsqueda colectiva.
VOS PODÉS SER
QUIEN BUSCAMOS
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Si te
encontrás algún parecido con ellos, o sabés de alguien que
tiene dudas acerca de su identidad, comunicate con Abuelas de Plaza de Mayo,
que junto a ellas estamos buscando. Muchos creen que estas historias les son
ajenas, pero al reconocerse en un gesto o una mirada deciden dar el paso y se
hacen un análisis de sangre que les permite sacarse la duda. La gran mayoría de
los casos resueltos dependieron más de los que tenían dudas de su identidad que
de los que buscamos. Por eso, si cumplís 38 años entre marzo y agosto de este
año. Si fuiste adoptado en 1978. Y si tenés dudas sobre tu identidad, vos podés
ser quién buscamos.
Las consultas
se pueden realizar en Abuelas de Plaza de Mayo al (011) 4384-0983, o en la sede
de la asociación en Rosario, en Laprida 563 oficina “C”. Allí atienden los días
Lunes, Miércoles y Viernes de 10:00 a 14:00, y el teléfono es (0341) 448-4421.
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