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La iglesia Caacupé queda próxima al lugar donde se emplazaba el pasaje
Bernasconi (Foto: www.caacupecaballito.com.ar).
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En mayo de 1981,
el antiguo Pasaje Bernasconi dejó de existir. Nacía en Rivadavia 4893, entre
Campichuelo y Florencio Balcarce, y se recostaba a la izquierda del
supermercado que, aún hoy, ocupa el predio de la primitiva mansión de José
Bernasconi. Recordemos que esta persona adquirió el 28 de septiembre de 1903
una residencia ubicada en Rivadavia 4903, demolida en diciembre de 1958. En
1905, él mismo había mandado edificar hacia el lado norte de su vivienda el
primer grupo de departamentos conocido en Caballito, y ello dio lugar al pasaje
que llevaba su nombre. En el flanco derecho del Pasaje Bernasconi se extendía
una acera angosta, que se iniciaba en un descampado agreste donde crecían los
matorrales bajo un coro de cigarras. Según dicen los memoriosos, allí se
emplazaban dos viviendas de importancia: una perteneciente al pintor Antonio
Berni, y otra destinada a biblioteca pública. Yendo más al fondo del extinto
pasaje, siempre por el lado derecho, se veían las casas de techos inclinados a
dos aguas, desde donde descendían las antiguas canaletas de desagüe.
Nuestro paseo
imaginario por el Pasaje Bernasconi nos brinda unos frentes de casa que
muestran los rigores del tiempo. Algunas viviendas poseen pequeños jardines con
alambrados cubiertos de trepadoras. Tras, estrechas puertas de hierro a través
de las cuales se observa la empinada escalera que conduce al primer piso.
Continuamos avanzando y, ahora por la izquierda, desembocamos a la calle
Yerbal, que termina en fondo de saco luego de subir tres peldaños. Sin embargo,
el pasaje que mentamos continúa unos metros más hasta el alambrado del
ferrocarril Sarmiento, oculto por enredaderas.
Este pasaje
llamado popularmente “alemán”, por la nacionalidad de la mayoría de sus
habitantes, se emparenta también con un hecho histórico ocurrido en la casa de
José Bernasconi. Resulta que el entonces presidente Julio Roca se alojaba
transitoriamente allí. Y el 4 de enero de 1881 tuvo lugar el primer enlace
telefónico de la ciudad, entre la mansión Bernasconi y el domicilio del
ministro del Interior, Dr. Bernardo de Irigoyen (en Florida y Tucumán). Ensayo
que se frustró por la intromisión del pequeño sobrino del primer mandatario.
Más allá de esta anécdota, sentimos la desaparición de estos espacios únicos
como la fuga de aquellos olores y sonidos singulares de barriadas como la
nuestra…*.
* Fuente: “Los ignorados pasajes de Buenos Aires”
(Eduardo Luís Balbachán)
(Publicado originalmente en la edición Nº 13 de marzo de 2006)
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