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Vista del Supercoop que quedaba en Rivadavia y Ángel Giménez, bajo el imponente edificio "Nicolás Repetto" (Foto: s/d, circa 1980). |
El 21 de
diciembre de 1955 se inauguró el edificio “Nicolás Repetto”, sito en Rivadavia
y Ángel Giménez. Dicha mega- construcción, conocida popularmente como el
“Elefante Blanco”, fue obra del arquitecto Fermín Bereterbide. Quien, paradójicamente,
tuvo que dirigir para de la construcción desde la cárcel, ya que sus ideas
socialistas no eran bien recibidas en aquellos años… El 29 de noviembre de
1966, en conmemoración al primer aniversario de la muerte del Dr. Nicolás
Repetto, se impuso su nombre al edificio en cuestión, antigua sede social de
“El Hogar Obrero”.
Haciendo un poco de historia
En el condado de
Lancaster, al sur de Inglaterra, nació el 24 de octubre de 1844 la cooperativa
más antigua del mundo moderno: la “Sociedad de los Equitativos Pioneros de
Rochdale”. Sin ser absolutamente originales, estos precursores sentaron los
pilares sobre los cuales se constituiría la cooperación libre. En el caso
argentino, las primeras experiencias al respecto se conocerían recién a fines
del siglo XIX.
El 30 de julio
de 1905 se fundó “El Hogar Obrero”, Cooperativa de Consumo, Edificación y
Crédito Limitada, contando entonces con diecinueve asociados y un capital de $
183,50. Pese a ello, se convirtió apenas cinco años después en la primera
entidad no europea en la
Alianza Cooperativa Internacional (ACI).
“El Hogar
Obrero” creció a lo largo de 85 años, en un contexto económico siempre
inestable. Llegó incluso a los dos millones de asociados, y empleó 14.500
personas para atender los locales y depósitos de la cadena Supercoop. Otorgó
créditos para la vivienda y el consumo, operó un importante complejo de
industrias vinculadas a los productos alimenticios, construyó máquinas
electrónicas para puntos de venta, administró una de las primeras redes de cajeros
automáticos, e impulsó infinidad de actividades culturales, educativas y
sociales. En 1989 y 1990, ocupó el sexto lugar entre las empresas argentinas
dedicadas al comercio y los servicios, después de las entonces estatales YPF,
Entel, Segba, Gas del Estado y Ferrocarriles Argentinos.
Sin embargo, “El
Hogar Obrero” también protagonizó en 1991 la cesación de pagos más escandalosa
de una entidad argentina, contra doscientos mil de sus ahorristas. Allí se
combinó una importante suma de dinero mal invertido, con los efectos de la
hiperinflación, el Plan Bonex, y la negativa de auxilio financiero del gobierno
de Carlos Menem.
La cooperativa
había dejado de funcionar como entidad, pero su Consejo de Administración
comenzó una lenta tarea de liquidación de bienes con la cual fue pagando
juicios comerciales y laborales. Durante 1992 devolvió en efectivo hasta $ 200
por ahorrista, con lo cual la masa de damnificados se redujo de doscientos mil
a cuarenta mil. Once años después, los ahorristas recibieron un nuevo pago de
apenas catorce centavos por cada peso adeudado.
Pese al panorama
sombrío que dejó este proceso, los herederos del Dr. Nicolás Repetto creen que
no todo está perdido. Luego de la recuperación judicial del pasado 26 de mayo,
sostienen que “Tras diez años de lucha,
“El Hogar Obrero” no ha caído, no ha sido declarado en quiebra y continúa
luchando en espera de condiciones propicias que posibiliten su regreso pleno y
decoroso a la vida cooperativa, quizá con otras formas de actividad pero
siempre con la fidelidad principista que supieron impregnarle sus ilustres
fundadores”*.
* Fuente: www.eho.org.ar
Diario “Clarín”: 10/04/1984
(Publicado originalmente en la edición Nº 12 de diciembre de 2005)
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