LA MÚSICA EN LA CALLE NO ES DELITO

Foto: Andrea Villalba.

Cotidianamente nos encontramos con gente que nos hace pasar un buen momento en la calle o transportes públicos. Tocan “a la gorra” y brindan su trabajo a la gente con buena onda. Sin embargo, muchas veces son perseguidos por las autoridades locales y se ven impedidos de desarrollar su tarea. Por eso muchos de ellos se organizan en torno al colectivo “La música en la calle no es delito”, para defender sus derechos. Uno de sus integrantes es el saxofonista de “Jamaicaderos” Alejandro Cabrera, quien nos habló de la lucha de los artistas callejeros.
- ¿Cómo se formó el colectivo “La Música en la calle no es delito”?      
- “La Música en la calle no es delito”, que es la parte visible del F.A.A.O. (Frente de Artistas Ambulantes Organizados)* surgió hace poco más de un año, cuando vimos que la gente quería acompañar la defensa del derecho al arte y la cultura en las calles. Primero, con fotos sosteniendo un afiche con nuestra consigna. Y después sumamos el apoyo de otros artistas conocidos. La idea es generar un contacto permanente con la gente… Por otro lado, está bueno comentar que el FAAO lo conformamos casi doscientos artistas que compartimos nuestro arte en calles, subtes, trenes y colectivos. Y si bien somos la  mayoría músicos, también hay actores, acróbatas, y demás.
- ¿Qué tipo de inconvenientes tienen para trabajar en la vía pública?     
- Muchos, porque los tres brazos armados institucionales del Gobierno de la Ciudad (a saber: Ministerio Público Fiscal, Ministerio de Ambiente y Espacio Público, y Policía Metropolitana) nos censuran, persiguen y judicializan con frecuencia. A veces la Policía Federal también. Y eso, a pesar de estar vigente el art. 32 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, y el art. 15 de la Ley 4121 que nos protegen. Reflotan mamarrachos como decretos de la época de Carlos Grosso para sacarnos de la calle, o inventan la figura de ruidos molestos, usando mal la ley vigente.
- ¿Qué recepción tienen de parte de la gente?     
- El abanico social entero nos acompaña. Muchas veces tenemos el orgullo de ser acompañados por personas en situación de calle, y a veces a escasos metros se detiene un tipo con tres guardaespaldas. Eso genera el arte en la calle. Cuando nos intentan desalojar, la gente interviene y la mayoría de las veces lo impide.
- ¿Cómo caracterizás la política local en materia de cultura?     
- Política empresarial, donde para ellos la cultura es negocio o “culocultura”, en referencia al absurdo reconocimiento a Tinelli como personalidad de la cultura. Para el estado porteño, la cultura es sólo una mercancía negociable. Para nosotros es un derecho que debe ser accesible, tangible y alcanzable a todos.

* El F.A.A.O. impulsa el proyecto de ley 660 presentado en la legislatura el año pasado y cajoneado por segundo año consecutivo por el PRO, que tiene como objetivo el reconocimiento y derecho a trabajar en diferentes disciplinas artísticas en las calles y todos los transportes públicos (por mayor información ver: https://www.facebook.com/La Musica en lacalle No es delito).

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