![]() |
Foto: www.gamba.cl |
El 18 de octubre de 1925 tres
individuos, con marcado acento español, robaron en la estación de tranvías “Las
Heras” de la empresa Anglo apenas 38 pesos en monedas de diez centavos.
¿Pistoleros con pronunciación española? se preguntaba la policía. No tenía
registrado a ninguno de esas características. Interrogó por ello a elementos
del hampa y tampoco consiguió nada. Nadie los conocía. Pero como el botín había
sido irrisorio, la policía sabía que pronto darían otro golpe. Y esto sucedió
el 17 de noviembre del mismo año. Minutos antes de la medianoche, el boletero
Durand de la estación “Primera Junta” del Subte línea “A” estaba recontando el
dinero de la recaudación del día. Faltaba que llegara el último servicio desde
el Centro para que concluyera su jornada. Sin embargo, se acercó de repente un
desconocido que pistola en mano le dijo: ¡Cállese la boca!”, mientras otro
irrumpió en la boletería y se apoderó de la caja de madera donde habitualmente
se guardaba la recaudación…
Los ignotos asaltantes actuaron
rápidamente y se dirigieron hacia la salida de la calle Centenera. Pero como el
boletero Durand comenzó a gritar por auxilio, uno de ellos se dio vuelta y
disparó al aire para amedrentarlo y evitar que los persiga. Claro que semejante
barullo alertó al cabo Núñez, que estaba parado en Rivadavia y Centenera. Y
pese a que, arma en mano, corrió para ver qué sucedía, le ganan de mano: uno de
los asaltantes que hacían las veces de “campana” le descerraja dos balazos. El
agente cayó al suelo como una plomada, y los asaltantes corrieron hacia un taxi
que los esperaba en Rosario y Centenera. Pero como el chofer no lo pudo
arrancar, se bajaron y se echaron a correr por la calle Rosario en dirección al
este. La policía inició una búsqueda que, a la postre, fue en vano: se
allanaron pensiones, hoteles y casas en las que se alquilaban habitaciones a
extranjeros. Intervino también Orden Social que detuvo a anarquistas de acción
para obtener algún indicio, pero nada se sacó en limpio. Tiempo después se supo
que los asaltantes eran anarquistas españoles que recaudaban dinero para sus
actividades políticas. Y que uno de ellos era Buenaventura Durriti, quien once
años después se convertiría en guía de los anarquistas que fueron a defender la
República del levantamiento franquista. La policía local no pudo con él ni con
el resto de los anarquistas expropiadores…*
*Fuente consultada: “Los
Anarquistas expropiadores y otros ensayos” (Osvaldo Bayer)
(Edición Nº 32: mayo/ junio de 2009)
Comentarios