Manuel González, quien forma parte de la Escuela de Tango “El Amague”,
fue uno de los artífices del “Primer Festival de Tango de Caballito”, que se
desarrolló entre los días 14 y 20 de abril pasados en nuestro barrio. Con él
hablamos para entender la génesis del festival y sus posibles implicancias en
el futuro.
- ¿Cómo surgió la idea del
festival?
- La idea fue crear un festival de tango barrial o “alternativo” que
pudiera asemejarse a los festivales oficiales que existieron entre 2000 y
2005, que eran una verdadera fiesta barrial interminable, y a las experiencias
existentes en Boedo, La Boca, Almagro, Parque Patricios y Valentín Alsina. Con
gente como mi amigo Rodrígo Ruíz Díaz, Ildefonso Pereyra y Victoria Polti
armamos un equipo para dibujar sueños sobre un barrio virgen de festivales
tangueros.
- ¿Tuvo la
recepción que esperaban entre los vecinos?
- La recepción fue
sorprendente. Calculamos que más de 1.500 personas participaron del festival.
Para mí fue emocionante estar por ejemplo en la apertura y el cierre (en el
Parque Rivadavia y la Estación de los Deseos) con más de doscientas personas
bailando y escuchando, y en una escuela primaria mostrándole el tango a más de
quinientos chicos de seis años. Sin dudas que con esta experiencia vamos a
reeditar el festival en 2014...
- ¿Qué le dirías a
quienes aún no descubrieron el tango?
- A quien no mamó el tango
de chico y sigue ciego por el ocultamiento de nuestra cultura nacional, le
diría que pare la oreja y abra bien los ojos. Porque el tango está a la vuelta
de la esquina, y también en su familia. A todos nos llegará la pasión por el
tango, si no nos dejamos dormir ni engañar por lo que nos venden los medios
masivos. El tango tarde o temprano te encuentra...
Viví toda mi infancia y
adolescencia en Caballito, y se que es un barrio que se debe un “despertar
artístico”. Lamentablemente el gobierno de la ciudad atacó importantes focos
artísticos de la zona como el Centro Cultural “La Sala” y la Biblioteca “Los
Libros de la Buena Memoria”. Incluso ha destruido huertas orgánicas. Pero por
otro lado, gracias al festival pudimos conocer lugares del barrio que
desconocíamos, y que defienden una propuesta cultural que es necesario
multiplicar.
- ¿Crees que este
tipo de festivales son un espacio de resistencia cultural a la política del PRO
en la materia?
- Estoy seguro de que estos
festivales surgen como resistencia y como necesidad de los vacíos que deja
Macri. Porque su política cultural me parece vergonzosa por lo destructiva,
mercantilista, inculta, interesada, y con un fin devastador hacia la unión
vecinal y la creación de pensamiento. Ellos buscan que los vecinos se queden
encerrados y enrejados en sus casas, sin comunicarse ni desarrollarse entre sí.
Y sólo utiliza la cultura como un negocio.
El tango es sólo una de las
partes afectadas en todo esto, pero también es una de las que más hay que
defender. Se supone que es parte de nuestra identidad, y que nos enriquece
espiritual y culturalmente. Es por eso que trabajamos apasionadamente para que
el tango “volviera al barrio” con este festival.
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